miércoles, 1 de mayo de 2013

historia de francia: edad antigua, media y moderna y en la prehistoria


Prehistoria

Existen importantes restos del paleolítico inferior en el rio  somme y los pirineos tradicionales (hombre neandertal), así como en La Chapelle-aux-Saints, Le Moustier y La Ferrasie. Del paleolítico superior hay abundantes vestigios de los hombre de cro-magnon, Grimaldi y Chancelade, datados en unos 25.000 años de antigüedad, los cuales están ubicados en el valle de dordoña Entre las más famosas pinturas rupestres del mundo están las de lascaux y de Font de Gaume, en los Pirineos franceses.
En el mesolítico algunas actividades agropecuarias fueron reemplazando en importancia a las cuevas, y en el neolítico (desde el lll milenio a.c.) surgió la cultura megalítica (que empleó menhires, dólmenes y enterramientos). Desde alrededor de 1500a.c. se inicia la edad del bronce, desarrollándose rutas comerciales.
Se ha encontrado utillaje de la industria achelense del homo erectus de hace 900.000 años en la gruta Le Vallonnet, en el sur de Francia. La edad del hierro y las culturas celtas se ubican dentro del milenio.

Edad antigua


Con el gobierno del emperador Augusto, la Galia pasó a formar parte del Imperio Romano, paso crucial en la historia francesa. Fue él quien estableció la administración de la región, alentó la agricultura, fomentó la urbanización y ordenó la construcción de caminos y puentes para así favorecer el comercio. A su vez, la Galia funcionó como un freno para los pueblos germanos que amenazaban constantemente a Roma. Pero las tribus germánicas (burgundios, francos y visigodos, entre otros) continuaron asolando las tierras del Imperio.
Hacia el siglo IV DC. los francos volvieron a atacar a los romanos y el emperador Juliano logró la paz cediéndoles una parte de la Galia Bélgica, de modo que se transformaron en federados del Imperio Romano: Roma les brindaba tierras a cambio de soldados. El pueblo franco fue el primer grupo germánico que vivió en territorio romano de modo estable. Al principio los francos fueron aliados de los romanos y los ayudaron a detener el avance de tribus germánicas orientales. Sin embargo, la historia de Francia cambiaría desde el siglo V DC.: con el rey Clodoveo, los francos comenzaron a conquistar progresivamente la Galia romana, hasta lograrlo por completo. Este avance franco coincidió con el debilitamiento del Imperio Romano de Occidente. Los francos se convirtieron en la base fundante de Francia y fueron quienes dieron nombre al país. De allí la importancia de este pueblo para la historia francesa.


Edad media

Los francos y sus dinastías ocupan una buena parte de lo que hoy es Francia desde el siglo IV d. C. Se tiende a asimilar su asentamiento y la construcción de un reino y un protoestado como el origen de Francia. Nosotros no seremos tan atrevidos. Coinciden los territorios, los nombres, vagamente las lenguas… Pero a pesar de todo nada tienen que ver los reinos, condados, principados, Imperios, provincias medievales con los modernos Estados decimonónicos, por mucho que en el presente se intente buscar raíces inventadas para justificar supuestas esencias inmutables. Y lo que vale para Francia, vale para el Perú inca, la italia romana, el Zimbabwe Zulu, la croacia dálmata o la España celtíbera.

Edad moderna

A partir de la Edad Moderna, iniciada con el Descubrimiento de América (1492), Francia se consolidó como Estado nacional, momento crucial en la historia francesa. En el siglo XVI el rey Francisco I se enfrentó a Carlos I de España y V de Alemania para disputarle el dominio de Europa, ya que entonces Carlos era jefe del mayor imperio europeo, incluyendo las tierras americanas. Enrique II, sucesor de Francisco I, continuó el enfrentamiento con España al luchar contra Felipe II. Por otra parte, también durante el siglo XVI se produjeron las Guerras de Religión, consecuencia de la Reforma Protestante. Se trató de una serie de enfrentamientos sangrientos entre católicos y calvinistas (llamados “hugonotes”) que llevó al asesinato del rey Enrique III a manos de la Liga Católica. Las Guerras de Religión finalizaron con el edicto de Nantes (1598), firmado por el rey Enrique IV (protestante, pero convertido al catolicismo para acceder al trono). El edicto permitió la libertad de culto a los calvinistas, aunque con limitaciones, así como también permitió el control militar de algunas ciudades.
El siglo XVII se caracterizó básicamente por el fortalecimiento del Absolutismo o Antiguo Régimen. Los reyes absolutistas concentraron todo el poder en sí mismos y se declararon representantes de Dios en la Tierra, con lo cual su autoridad se volvía incuestionable. En la historia de Francia fue un período clave al que se opondría completamente el movimiento de la revolucion francesa. El rey Luis XIII (1610-1643) es recordado en gran medida dentro de la historia francesa por su primer ministro, el cardenal Richelieu, ya que fue este quien luchó contra el poder de la nobleza para fortalecer la monarquía en Francia. Richelieu limitó la libertad de culto, especialmente en cuanto al poder militar de los hugonotes. Su política exterior se orientó contra la dinastía austro-hispánica de los Habsburgo y por ello Francia intervino en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Con la muerte de Richelieu su poder quedó en manos del cardenal Mazarino, quien venció a los nobles que luchaban contra el absolutismo.
Entre 1701 y 1715 se produjo la Guerra de Sucesión de España, un enfrentamiento entre Francia, Gran Bretaña, Austria y otras potencias europeas. Tuvo lugar porque Felipe V de Borbón, nieto de Luis XIV y de la española María Teresa quiso proclamarse rey de España tras la muerte de Carlos II. Finalmente Felipe V se convirtió en rey de España, pero para ello debió renunciar a sus derechos al trono francés. Fue un retroceso del poder francés y un ascenso de Gran Bretaña, poderosa y en pleno crecimiento industrial. Todo el siglo XVIII fue un tiempo de crisis económica en la historia de Francia: mientras que Gran Bretaña vivía la Revolución Industrial, Francia no podía competir económicamente. En la Guerra de los Siete Años (1756-1763) los británicos vencieron a los franceses, obteniendo sus colonias en Canadá y en la India. Los reyes Luis XV (1715-1774) y Luis XVI (1774-1789) tuvieron que enfrentarse con dicha crisis, que fue una de los detonantes de la Revolución Francesa, hecho fundamental de la historia francesa.



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